(para cuatro personas)
·2 docenas de mejillones
·2 bulbos de hinojo
·unos tallos de apio
·3 zanahorias
·2 cebolletas
·4 dientes de ajo
·unas ramitas de tomillo y romero frescos
·un manojito de perejil
·1 vaso de vino blanco seco
·2 rebanadas pan del día anterior
·unos granos de pimienta
·una cucharada de mantequilla
·aceite de oliva
-Limpiamos los mejillones cuidadosamente, raspamos con un cuchillo para eliminar las barbas y los lavamos bajo el grifo. Se colocan en una cazuela honda, agregamos el vino, parte de las ramitas de tomillo y romero y los granos de pimienta. Tapamos y cocemos a fuego medio hasta que se abran. Apartamos del fuego y dejamos enfriar. Cuando estén templados, retiramos una de las conchas, los reservamos al calor y colamos el caldo de cocción.
-Pelar y picar todas las verduras en juliana muy fina. Calentamos la mantequilla con un par de cucharadas de aceite en una sartén grande y sofreímos, en primer lugar, el hinojo y la cebolleta hasta que estén transparentes. Agregar las zanahorias, los ajos y el apio y un vaso de caldo de cocción de los mejillones. Cocemos suavemente, sin tapar, moviendo de vez en cuando y dejamos al fuego hasta que reduzca.
-Precalentar el horno a 220 grados.
Tostar el pan y con ayuda de una mandolina, lo rallamos grueso sobre un plato y lo mezclamos con el resto de tomillo y romero desmenuzados y una pizca de pimienta molida. En una fuente amplia, repartimos el sofrito de verduras y lo extendemos por igual, nivelando con una espátula. Sobre él vamos colocando los mejillones, de modo que queden bien encajados. Repartir por encima el pan rallado y gratinar durante cinco minutos, hasta que la superficie quede doradita. Servir con una ensalada.
3 de junio de 2006
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