(para cuatro personas)
4 nectarinas grandes no muy maduras
6 cucharadas de requesón
un puñado de pistachos pelados
zumo y ralladura de piel de limón
2 cucharadas de agua de azahar
2 cucharadas de azúcar moreno
4 cucharadas de miel
-En un bol, al baño María calentamos la miel con la ralladura de piel de limón y el agua de azahar hasta que queden bien mezclados. Se apartan y dejamos templar. Volcar el requesón en un colador y colocar un peso encima para que vaya soltando el agua.
-Luego, escaldar los pistachos, los secamos y se les retira la piel fina. Los picamos en trozos gruesos, calentar una sartén y, sin nada de aceite, se tuestan hasta que queden doraditos. Reservar en un plato.
-Lavar y secar las nectarinas. Con un cuchillo bien afilado se abren por la mitad y con cuidado de no romperlas, les sacamos el hueso, procurando dejar el hueco bien limpio. Rociar con unas gotas de zumo de limón para que no se oxiden.
-A continuación, se colocan en una bandeja de horno, con la piel hacia abajo. Hornear unos veinte minutos a 190 grados, lo justo para que se ablanden un poquito.
-En un bol, batir el requesón y lo mezclamos con la miel, la ralladura de limón y el agua de azahar. Con una cucharilla vamos rellenando el hueco del hueso en cada nectarina.
-Por último, repartir por encima los pistachos tostados y espolvorear el azúcar moreno. Con el grill encendido a máxima temperatura gratinar tres o cuatro minutos, hasta que la superficie quede doradita y crujiente. También podemos gratinarlas con ayuda de un soplete de cocina. Sacar enseguida a la mesa.
6 de junio de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)