(para cuatro personas)
·3 vasos de leche
·6 yemas de huevo
·7 cucharadas de azúcar
·60 grs. de cacao amargo en polvo
·1 bastoncito de vainilla
PARA LAS NARANJAS CONFITADAS :
·piel de dos naranjas
·agua
·azúcar
-Cortar la piel de naranja en tiras finitas. Las blanqueamos en agua hirviendo un minuto y las sacamos bien escurridas. Preparamos un almíbar denso, con seis partes de azúcar por cuatro de agua. Hervimos en él las pieles durante tres minutos y dejamos enfriar sobre papel sulfurizado, extendiéndolas bien para que no queden amontonadas. Se rebozan luego en azúcar y reservamos.
-En un cazo calentar la leche con la vainilla y la mitad del azúcar. Cocemos a fuego suave, moviendo de vez en cuando y en el momento en que comience a hervir, apartamos y dejamos templar un poquito.
-Mientras batir las yemas con el resto del azúcar y el cacao en polvo. Trabajar bien con varillas eléctricas hasta que queden espumosas y sin grumos. Le vamos agregando poco a poco la leche templada y colada hasta que se mezclen bien. Ponemos el bol al baño María, y calentamos, sin dejar de mover, hasta que vaya tomando cuerpo. Cuando tenga una consistencia cremosa y espesa, apartar, incorporamos parte de las naranjas confitadas muy picadas y mezclamos bien.
-Volcamos el helado en un molde, nivelamos con una espátula y cuando se enfríe completamente, lo pasamos al congelador durante un par de horas. Se saca y se mueve bien con un tenedor, desde los bordes al centro, de modo que no se formen cristales. Volver a congelar y repetir la operación un par de veces más.
-Unos minutos antes de servir, sacamos el helado para que se ablande y lo presentamos en copas individuales con la juliana de naranja picadita repartida por encima y unos barquillos.
16 de julio de 2006
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