- 3 huevos
- 4 cucharadas de leche a temperatura ambiente
- 400 grs de harina
- 2 cucharaditas de levadura
- 100 grs de azúcar
- 1 vasito de anís
- piel de una naranja rallada
- una tira de piel de naranja
- ½ cucharadita de semillas de matalahúva
- azúcar glas para decorar
- una pizca de sal
- aceite para freír
-En una sartén pequeña ponemos a calentar cuatro cucharadas de aceite con las semillas de matalahúva y la tira de piel de naranja. Dejamos al fuego unos minutos y luego apartamos y dejamos templar.
-Mientras, montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal y reservar. En un bol grande batir las yemas con la ralladura de naranja, la copita de anís, el aceite frito colado y la leche. Ir mezclando con unas varillas hasta que todos los ingredientes queden bien trabados.
-Incorporar el azúcar y la levadura y seguir batiendo. Agregar las claras montadas, mezclando despacio. Luego, poco a poco vamos agregando harina previamente tamizada, hasta que tengamos una masa homogénea y sin grumos con la que podamos trabajar y no se nos pegue.
-Espolvorear una pizca de harina sobre la mesa, trasladar la masa y trabajar unos minutos más con las manos. Formar una bola, envolverla en film transparente y dejar reposar durante un cuarto de hora a temperatura ambiente.
-Calentamos bastante aceite en una sartén grande. Tomamos bolitas de masa, las estiramos y se van formando las rosquillas, uniendo las puntas. Las vamos friendo luego en el aceite bien caliente, hasta que se hinchen y queden bien doraditas. Se van sacando a escurrir sobre papel absorbente y cuando se enfríen, las colocamos sobre la fuente de servir y espolvoreamos con azúcar glas.